La Agencia de Seguridad Alimentaria gestiona una media de 50 alertas al mes
Neira precisó que no todas estas actuaciones se traducen en alertas reales. Así, después de un proceso de verificación, se comprueba que en algunos casos se trata de un simple problema de gestión y retirada rápida. Además, explicó que muchas veces la alerta no afecta a un alimento, sino a un ingrediente o un aditivo. nn
Por otra parte, Neira señaló que los alimentos nuevos, como aquellos con ingredientes genéticamente modificados, son objeto de una evaluación mucho más rigurosa que el resto. Como componentes alimenticios genéticamente modificados, desde el punto de vista de la salud pública, tienen unos controles y una evaluación muy rigurosa y además, salen al mercado con cuentagotas. nn
A este respecto, recordó que se está aplicando una reciente directiva europea sobre etiquetado, en el que se habrá de especificar si un alimento contiene más de un 1% de componente modificado.
Por último, señaló que uno de los objetivos de la Agencia de cara al futuro es conocer la influencia que tendrán los alimentos que se consumen en la actualidad en las generaciones futuras, especialmente los contaminantes y aditivos.
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