Se ha producido una disminución de las exportaciones comunitarias de carne de cerdo, en torno al 6,2%, en países como Rusia y Japón. Rusia está potenciando mermar la importación de carne en un 20%, y estimular su propia producción, mientras que Japón ha aplicado una cláusula de salvaguardia cuando sus importaciones sobrepasan ciertos límites. nn

A esta saturación de mercado se une la fortaleza del euro frente al dólar, perjudicando la posición competitiva del cerdo europeo. Ello ha motivado que se incrementen las importaciones en más de un 25% en lo que va de año, principalmente de países con costes de producción menores que en España, y con una legislación laboral, sanitaria, medioambiental y de bienestar animal mucho menos exigente que la comunitaria. nn

A la saturación de mercado también ha contribuido la participación en el sector productivo por parte de la industria cárnica, sin que se puede llegar a controlar. nn

A todo ello, se unen unos mecanismos de regulación ineficaces, por tener el sector una Organización Común del Mercado (OCM) poco intervencionista y antigua, y que consta de medidas de intervención que sólo se ponen en marcha en casos de crisis sanitarias, sin que se realice una verdadera regulación del mercado. nn

Por otro lado, COAG señala que el sector porcino andaluz ha tenido un fuerte aumento de los precios de los costes en la alimentación para la cabaña, debido a las adversas condiciones climatológicas, con la disminución de la cosecha y la subida de los precios en las materias primas. Como ejemplo el precio de la soja en algunos casos ha llegado a un incremento del 77%. nn

En cuanto a la normativa que lo regula, ésta es más exigente que en países competidores, en aspectos como la gestión de residuos, enterramiento de cadáveres, bienestar animal, sin que exista un fundamento científico que los apoye. Estas normas no se les exigen a los competidores principales de España. nn

Por todo ello, COAG pide que se establezcan líneas de apoyo al sector como medidas de intervención del mercado, rebajas fiscales, préstamos a bajo interés y ayudas por el aumento de costes en la alimentación. También se pide a las Administraciones la puesta en marcha de una campaña de promoción para reactivar el consumo de carne de cerdo.