En este estudio se refleja que las cadena de distribución han experimentado cambios en su surtido. La explicación está en la composición de las ventas, que durante el último año se han inclinado hacia alimentos envasados y productos de droguería, frente a un menor crecimiento de los alimentos frescos.nn

Durante el pasado año, el valor total del gasto en productos de gran consumo fue de 47.929 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 6,5%. El segmento de alimentos envasados alcanzó una participación del 44,6%, seguido por el de productos frescos, con el 40% y por el segmento de droguería/perfumería, con una participación en el gasto del 15,4%. Esto quiere decir que por cada 6 euros de gasto en la compra, 2,67 se destinaron a alimentación envasada, 2,4 euros a productos frescos y 0,9 euros a referencias de droguería y perfumería.nn

El dato más destacado ha sido el de la evolución de los distintos segmentos. El de mayor crecimiento en valor correspondió al de droguería y perfumería, con el 9,2%, si bien sobre un base de participación menor, pues actualmente no llega ni a la cuarta parte del mercado. Los alimentos envasados crecieron el 7,8% en el valor de ventas durante el 2003 y los frescos incrementaron su participación tan sólo el 4,1%. nn

Sin embargo, fueron precisamente los productos frescos los que experimentaron un aumento de precio del 3,8%, es decir, 0,7 puntos porcentuales por encima de la variación en los precios de los alimentos envasados y de los productos de droguería-perfumería en conjunto. Pese a aumentar en precio, las ventas en valor de los alimentos frescos crecieron el 4,1% y el 0,3% en volumen. Las otras dos categorías hicieron lo propio con aumentos respectivos del 8,1% en valor y del 4,9% en volumen. La lectura que se hace de estos datos no es otra que la pérdida de peso de los alimentos no envasados en el volumen y el valor de ventas de los establecimientos.nn

Dentro de cada sector, el comportamiento de los diversos segmentos no ha sido homogéneo. Ha sido el caso de la alimentación envasada, donde a excepción de los productos congelados, los derivados lácteos y las bebidas se ha producido una caída en la representatividad de las familias de productos restantes. Es lo que ocurrió con los productos de surtido seco, con un pérdida de 0,4 puntos porcentuales en el peso total de la alimentación envasada; o el de las leches y batidos, con un punto porcentual de bajada.