El sistema SAL comienza a implantarse en las empresas que han superado los controles establecidos
SAL es una marca de certificación dirigida a todas aquellas empresas que voluntariamente la soliciten porque desean tener los más altos niveles de compromiso respecto a la seguridad alimentaria y es aplicable a todos los sectores agroalimentarios, incluyendo la producción primaria, la industria, los intermediarios, los distribuidores, las organizaciones de transporte, así como a los suministradores de envasado, equipos, materias primas y otros accesorios para la industria agroalimentaria.nn
SAL supone, pues, un valor añadido para los productos de las firmas, ya que es un sistema de autoexigencia global (incide sobre todo el proceso, de la materia prima a la mesa) y está incluso por encima de la normativa internacional más exigente en esta materia (APPC, Codex Alimentarius, BRC, IFS...).nn
Desde su salida al mercado en marzo de 2003, más de 130 empresas, procedentes de todos los subsectores agroalimentarios, se han interesado por implantar el Sistema SAL en sus procesos productivos.nn
La aplicación de la marca parte de una diagnosis previa, en la cual se evalúa el estado de la empresa en materia de seguridad alimentaria, así como el análisis de los peligros y puntos de control crítico que la empresa deberá corregir para obtener la certificación SAL. El proceso contempla el diseño e implantación de un sistema de seguridad alimentaria adaptado a las características, puntos críticos y necesidades particulares de cada empresa, que realizan los técnicos de Ainia.nn
En este momento, varias empresas agroalimentarias procedentes de diferentes subsectores han superado la diagnosis previa y se encuentran en la fase de implantación de SAL, lo que se considera todo un éxito considerando el elevado nivel de exigencia de la marca.nn
En todos estos casos, Ainia presta los servicios de implantación, auditoria previa y plan de control. La certificación la obtendrán las empresas mediante una auditoria posterior de tercera parte, que será llevada a cabo por un organismo independiente, es decir, sin vinculación alguna con el proceso de implantación y que da derecho al uso de la marca SAL como elemento de comunicación corporativa de la empresa.nn
Por otra parte, SAL no sólo ha despertado el interés de las empresas, sino que, además, varias consultoras se han interesado en contratar los servicios técnicos de Ainia con el fin de poder ofertar la implantación de la marca. Se amplía, por lo tanto, el espectro de mercado inicial de SAL, al generarse un producto innovador en el campo de la implantación de sistemas.
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