El sindicato ganadero SDGM-UPA ha acusado de "ineficacia sanitaria" a la Consejería de Ganadería, Agricultura y Pesca del Gobierno de Cantabria por "luchar contra la brucelosis con un remedio peor que la enfermedad". Además, el sindicato reiteró su sorpresa con la actitud de ASAJA y UGAM "que olvidan sus promesas de defender los intereses de los ganaderos". nEn un comunicado, el sindicato lamentó que la Consejería "intente ocultar su ineficacia y sus errores con otro error de imprevisibles consecuencias, la aplicación de una vacuna la RB-51 que sólo se está empleando en el tercer mundo y en los países en vías de desarrollo". nSDGM-UPA recordó que la Administración, "tras casi medio siglo y 20.000 millones de pesetas de inversión, no ha sido capaz de erradicar la brucelosis de Cantabria, como se ha hecho en otras regiones españoles y países europeos, que por cierto, no han empleado la RB-51", puntualizan. nSegún UPA, para al resto de sindicatos ganaderos y para la Consejería "parece que en Cantabria estuvieramos condenados a convivir eternamente con la enfermedad". Para UPA Cantabria, los informes científicos son, "al menos, contradictorios" y sus conclusiones, calificadas de "respetables" por el propio Colegio de Veterinarios de Cantabria, "plantean dudas razonables sobre la eficacia e inocuidad de esta vacuna". n"No entendemos por qué la Consejería y los sindicatos ASAJA y UGAM no aplican el principio de precaución que parece ser válido en otros campos, como el de las antenas de telefonía móvil, y evitar el uso de la RB-51 cuyas consecuencias sanitarias, para los animales y para los hombres, están puestas en duda", remarcó Francisco Gutiérrez, secretario de organización de UPA-Cantabria. nPor otra parte, interpretó que la propia directora General de Ganadería reconoce, en su comunicado de prensa de ayer, "que la vacuna no es legal, al no haberse modificado la legislación española al efecto". "No vemos, en la respuesta de la Consejería, más que salidas de tono, pero, en absoluto ningún argumento que contradiga lo que mantienen los investigadores ni el propio sindicato", concluyen. n