Esta enfermedad apareció por primera vez en Suiza en octubre de 2007. Tras la aparición del primer caso, la OVF puso en marcha una campaña de vacunación obligatoria del ganado bovino y ovino, a fin de evitar una propagación masiva. La campaña se prolongó durante 2008, 2009 y 2010, y supuso la vacunación de casi 2 millones de vacas y ovejas mayores de 3 meses.

En total, se han declarado 76 focos de esta enfermedad en territorio suizo (5 en 2007, 35 en 2008, 35 en 2009 y 1 en 2010), que han afectado a un total de 160 animales, procedentes de 70 explotaciones diferentes.

Desde 2008, no ha habido ningún caso clínico, y el último caso detectado en laboratorio se remonta al invierno de 2010, lo que indicaba que el animal había sido infectado probablemente durante el otoño de 2009.

Las cifras muestran que la vacunación obligatoria ha tenido éxito en Suiza, al igual que en los países vecinos, con lo que puede considerarse un buen ejemplo de coordinación internacional. A pesar del esfuerzo económico que ha supuesto, tanto para los servicios veterinarios como para los ganaderos, se considera que esta estrategia ha resultado económicamente ventajosa, ya que ha permitido erradicar definitivamente la enfermedad.

Desde 2011, Suiza ha abandonado la vacunación obligatoria, aunque continúa la vigilancia serológica de los bovinos y ovinos, así como la vigilancia de la actividad de los mosquitos transmisores de la enfermedad.

Los resultados de este programa de vigilancia han confirmado la ausencia de circulación del virus de la lengua azul desde el otoño de 2009, con el nivel de confianza exigido por el Reglamento 1266/2007 de la UE. Por tanto, Suiza y el Principado de Liechtenstein, se consideran libres de fiebre catarral ovina y van a retirar las restricciones relacionadas con esta enfermedad. En cualquier caso, la Oficina Veterinaria Federal ha indicado a los ganaderos que pueden seguir vacunando sus animales, si lo desean, y recomiendan la vacunación para el ganado destinado a la exportación.