Explicó que el instituto es el ente rector de la sanidad agropecuaria en el país, teniendo, además, en sus manos el control de los riesgos zoosanitarios para el caso de los animales y los productos de origen pecuario. Esto implica que el ganado de exportación y la carne en canal que salga del país deben ser inspeccionados por veterinarios y técnicos operativos de manera obligatoria. nn

Por su parte, Venezuela ha impuesto una serie de exigencias que el ICA hace cumplir a los ganaderos. Los animales deben salir de fincas que estén registradas como exportadoras, con un control constante por parte de un médico veterinario. Igualmente, que las fincas tengan un registro de vacunas de los últimos cuatro años. nn

Se exige que los machos, crías y hembras estén vacunados contra la fiebre aftosa y las hembras contra la brucelosis bovina. Se está haciendo énfasis en esta última vacuna, por el supuesto brote que se presentó en Arauca, resaltó el director seccional del ICA.nn

También, que los animales permanezcan los últimos seis meses en las fincas y no hayan presentado en los últimos cuatro meses algún brote de aftosa en 10 kilómetros a la redonda del sitio de origen. Además, someterse a los controles de ley aplicados por la Dian para la exportación.nn

Venezuela habilitó el puerto terrestre de Ureña como el más ágil para el ingreso de los animales, donde el Sasa y la Aduana cuentan con patios acondicionados para tal efecto. Se ha buscado no causar malestar a los viajeros que cruzan la frontera por el puente Simón Bolívar, que une a Cúcuta con San Antonio del Táchira, según Víctor Julio Páez. Entre 40 y 50 gandolas cruzan el paso fronterizo con más de 1.000 reses, martes y jueves, lo que ocasiona congestión vehicular.nn

Cada camión colombiano transporta 14 reses desde su destino hasta Cúcuta, con un recorrido de 14 horas, transbordándolas a gandolas venezolanas que llevan hasta 47 animales por viaje.