"Aquello de que China es un mercado más de futuro que de presente se ha acabado", ha asegurado Jaime Palafox, director de Asuntos Económicos e Internacionalización de la Federación Industrial de Alimentación y Bebidas de España (FIAB), cuyos datos confirman el peso que está tomando entre sus cifras el país asiático.

"Para nuestro sector en España, China ya es un mercado de presente, y además es el que más está creciendo, es el segundo extracomunitario, sólo por detrás de EEUU, y estaría entre los 10 primeros si contásemos los países de la Unión Europea por separado, e incluso entre los cinco en sectores como la carne porcina", dijo.

Según los datos de la FIAB, España exportó a China 508,95 millones de euros en alimentos y bebidas en 2011, lo que supone el 3% del total vendido al mundo, sólo por detrás de la Unión Europea (13.824 millones de euros, que acapara el 71%) y de EEUU (834 millones de euros, el 4%).

De hecho, las exportaciones españolas del sector a China aumentaron un 64% interanual en 2011, un crecimiento mucho más espectacular si se compara lo que crecieron desde 2006 al año pasado, un 322%, gracias a que España empezó a ser autorizada a vender productos cárnicos en el país desde 2007.

El crecimiento es todavía más espectacular si se contempla la evolución de la última década: un 507% más desde 2001, cuando España apenas vendía alimentos a China y el país oriental estaba entrando aún en la Organización Mundial del Comercio (OMC). "El crecimiento de nuestras exportaciones a China no se puede comparar con nuestros datos en ningún otro país del mundo", afirma Palafox, aunque en sus cifras la FIAB incluye siempre los negocios con Hong Kong, que en la práctica es una puerta de entrada al gigante asiático, y gran parte de lo exportado allí pasa a China.

Los productos más vendidos por España a China son la carne de cerdo (96 millones de euros en 2011), el vino (80 millones) y el aceite de oliva (68 millones), junto a sus habituales exportaciones de pescados y productos del mar (96 millones). Con todo, incluidos los despojos y vísceras de productos cárnicos, "por los que antes había que pagar para que se los llevaran, pero que en China se aprecian mucho", recuerda Palafox, las ventas de cárnicos al gigante asiático sumaron 183 millones de los casi 509 millones de euros que colocó todo el sector en el país en 2011.

Para el experto de la FIAB, España tiene dos tipos de clientes potenciales en China para sus productos: "la clase media alta, que requiere productos importados de la mayor calidad, o premium, que es un objetivo claro que tenemos que tratar de cubrir, y un mercado de gran consumo" para productos que empiezan a ser más habituales.