La estrategia gubernamental Food Harvest 2020 establece un objetivo de crecimiento para el sector vacuno irlandés del 40%, en valor de producción. Desde la preparación de dicho documento se han dado unas condiciones de mercado propicias, de manera que los precios del vacuno que ha llegado a la última fase de engorde se han incrementado entre el 18% y 20%. Sin embargo, sólo se obtendrá un verdadero crecimiento sostenido si el sistema de producción puede generar beneficios viables a nivel de explotación, lo que no ocurre en la actualidad sin el pago único.

El Organismo Nacional de investigación de Irlanda, Teagasc, ha dado a conocer unas estimaciones para 2012 de los márgenes brutos, de 250 €/ha para las explotaciones de lechales y de 200 €/ha para los terneros destetados y vacuno de carne. Los márgenes netos para todo el sector vacuno los han estimado en 100 €/ha.

Estas cifras reflejan la fuerte dependencia, dentro del sector vacuno, del crecimiento sostenido de los fondos de la PAC, lo que no es de extrañar ya que una de sus principales funciones es la de proveer apoyo al sector ganadero. De los 1.300 millones de euros que constituye el presupuesto total de la PAC para Irlanda, 800 se generan de la actividad del sector ganadero.

El sistema de ayudas ha variado con el paso de los años, pero la tendencia de base es la permanencia del apoyo dentro del sector que lo ha generado. No obstante, hay que aceptar que la ineficacia dentro de las explotaciones ha llevado a una dependencia excesiva de las ayudas de la PAC. El modelo de ayudas diseñado como parte del Programa de Bienestar de Vacas Nodrizas (Suckler Cow Welfare Scheme) constituye el punto de partida ideal para generar beneficios reales.