El gobierno autonómico afirma que sería un importante revés la no inclusión de la raza assaf en la IGP Lechazo de Castilla y León
Una posibilidad que está "a expensas" de lo que se decida en la Unión Europea, ha concretado Morro, tras la suspensión por parte del Ministerio de Agricultura de la modificación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León, en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad.
El nuevo reglamento de la IGP está pendiente de un recurso judicial en contra de la inclusión de la raza assaf y de sus cruces.
La Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino de Raza Churra (Anche), la Asociación Española de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Castellana y la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto había recurrido el cambio de reglamento. Los recurrentes han argumentado que la raza assaf no es originaria de Castilla y León, sino de Israel, y no solo está presente en esta Comunidad, sino en gran parte de España.
Ante esta situación, Jorge Morro ha reiterado que van "a seguir apostando, aunque sería un revés importante que no se pudiera sacar, por que se pueda unificar". No obstante, ha recordado que la región tiene una "ventaja" al contar con una marca "muy potente" como es Tierra de Sabor y que, a su "abrigo", tanto la producción de la IGP como la Marca Garantía "están logrando una gran comercialización".
Asimismo, ha defendido que se incluya esta raza porque "no hay prácticamente diferencia "organoléptica", según esgrimen "técnicos y consumidores", y de este modo puedan "incorporar una raza que lleva muchísimos años produciendo en Castilla y León y que nos permite ganar en productividad y en rentabilidad".
En Castilla y León habían convivido dos figuras de calidad en carne de lechazo, la IGP Lechazo de Castilla y León y la Marca Colectiva Lechazo de la Meseta Castellano Leonesa. La IGP amparaba exclusivamente lechazos de raza de ovino castellana, churra y ojalada obtenidos en zonas de menos de mil metros de altitud de Castilla y León, lo que coincide con la zona de producción cerealista. Por su parte la Marca Colectiva protegía los lechazos de prácticamente todas las razas presentes en la Comunidad y su ámbito geográfico abarcaba toda la región.
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