Este premio, que han recogido Gregorio Josa y José García Bayo, propietarios de Jamones Virgen de la Vega, les ha sido concedido “por mantener un proceso de salado y curación del jamón de una forma tradicional, natural y artesana, aprovechando las condiciones ambientales de la zona”.

Jamones Virgen de la Vega lleva a cabo desde hace 50 años todas las fases del proceso de elaboración del jamón de forma natural, sin utilizar cámaras frigoríficas en ninguna fase del proceso, por lo que el ahorro de energía eléctrica es total y no se produce ningún tipo de contaminación ambiental por este concepto.

Además de por su secado natural, Jamones Virgen de la Vega también ha sido premiado por otros aspectos medioambientalmente sostenibles en su proceso de producción: el salado manual de las piezas, una a una, sin utilizar maquinaria, no sólo reduce el consumo energético, sino que, al usar las cantidades justas de sal, los restos de la misma que se desechan en el lavado de las piezas también son mínimos.

Este secadero colabora también en las investigaciones que se están llevando a cabo a través de la Asociación Provincial de Secaderos al Natural para la minimización de posibles contaminaciones del agua por causa de la sal. Jamones Virgen de la Vega está ubicado en una casa de pueblo adaptada como secadero, dentro del casco urbano de la población de Alcalá de la Selva, encajando estéticamente con el resto de edificaciones, por lo que no causa el impacto visual típico de las instalaciones industriales ni produce ningún tipo de contaminación acústica.

Todos estos aspectos le han hecho merecedor del galardón concedido por la Asociación AGUJA, en los II Premios de Reconocimiento Empresarial al Desarrollo Sostenible Gúdar-Javalambre, entregado por Marcos Benages Herrero, presidente de AGUJA, en un acto celebrado en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Mora de Rubielos.