Quique Dacosta, uno de los mejores chef del mundo, es el tercer protagonista del programa Reyes en la cocina, una serie de entrevistas a personalidades contrastadas de nuestro país, producida por Arcos, empresa albaceteña referente en cuchillos desde hace casi tres siglos, y realizadas por el humorista, también albaceteño, Joaquín Reyes. La actriz Clara Lago y el baloncestista Sergio Llull fueron los dos primeros.

El cocinero explica los dos aspectos fundamentales para merecer las Tres Estrellas Michelín. “El primero es trabajar todos los parámetros de un restaurante desde la excelencia”, asegura. “Y por otro lado, da igual el estilo. En España parece que los 3 Estrellas Michelín tienen que ser restaurantes creativos. No todo el mundo tiene que ser Picasso. Se pueden hacer cuadros maravillosos sin necesidad de ser un innovador”, remarca.

Dacosta apunta que “buena parte del éxito de los restaurantes radica en la organización y la sincronización, con la sala, la bodega, el equipo… En la cocina del Quique Dacosta Restaurante somos treinta personas. Y es como un orquesta. Cada uno debe saber bien cuál es su instrumento, cuándo entra…”.  

También ha desvelado sus referentes: "Primero Michel Guérard y Georges Blanc. Posteriormente, de la movida española que nació en el País Vasco, Juan Mari Arzak, Pedro Subijana. Y después, Martín, Pedro, Santi Santamaría, Manolo de la Osa, Carme Ruscadella…”. Pese a la poca presencia femenina en la alta cocina, Quique defiende que “con el tiempo, la paridad llegara; mi empresa la dirigen mujeres a todos los niveles, directoras, jefas de cocina, sommeliers…”.

Dacosta rememora el primer día que entró en una cocina: “Fue con 14 años, por necesidad. Y no para cocinar, sino para fregar cazuelas. Un verano me desplacé desde Jarandilla de la Vera a Denia para encontrarme con mi madre, que trabajaba de camarera. Yo busqué trabajo por todos lados y al final lo encontré en una trattoria de unos santanderinos”.

Durante el programa Dacosta cocina un suquet de sepia y recuerda con humor su primer plato con 14 años“Llegó el jefe, un poco tarde porque había atendido unos temas, y no había comida. ¡No hay nada para comer!, exclamó. Y yo, para apuntarme un tanto, le dije: Ya cocino yo. Hice unos spaghetti carbonara. Estéticamente, desde el punto de vista de Instagram, daba el pego. ¿Qué pasó? Que yo no tenía controlado el punto de picante. Y lo que hice fue ponerle siete guindillas. Te puedes imaginar su cara. Me quería matar con la mirada…”, bromea.