Judíos y musulmanes se han unido para protestar en Bélgica por la prohibición oficial del sacrificio de animales en mataderos mediante los ritos halal y kosher desde el pasado 1 de enero. Esta situación obligará a la importación de carne procedente de otros países, a precios más elevados, para alimentar a estas comunidades religiosas en Bélgica.

Saatci Bayram, representante de la comunidad musulmana en Bélgica, ha asegurado que fueron consultados por parte del gobierno belga pero que su opinión no fue tomada en cuenta por parte del Gobierno: "esta prohibición se presenta como una revelación por los activistas de los derechos de los animales, pero el debate sobre el bienestar de los animales en el Islam se ha mantenido durante 1.500 años", asegura en declaraciones a The New York Times.

"Esto es un mal ejemplo para otros países", dijo el rabino Menachem Margolin, presidente de la Asociación Judía de Europa, al canal israelí i24 News. "Pone una sombra sobre nuestra comunidad y sobre las leyes judías y esencialmente viene a decir que nuestras normas están contra el bienestar de los animales, que necesitamos supervisión del gobierno. Este es un terrible precedente para establecer a nivel internacional".

La prohibición de este tipo de sacrificios religiosos fue solicitada tanto por los grupos animalistas como por grupos nacionalista de ultraderecha del país. La medida puede ser recurrida ante el Tribunal Constitucional belga.

Bélgica posee una población de unos 11 millones de habitantes de los que 500.000 son musulmanes y unos 30.000 son judíos.