El gasto alimentario por hogar tuvo en Cataluña una bajada de un 1,2% en 2017. Esto contrasta con el hecho de que durante el período de la recuperación económica (desde 2013 hasta 2016) este gasto alimentaria había consolidado una subida de un 0,8%, según el estudio del Observatorio Bonpreu y Esclat. En términos reales la caída específica del gasto alimentario por hogar sería mucho más fuerte, dado que el IPC aumentó en este período de casi un 2%, lo que acentúa esta pérdida de peso del consumo de alimentos en los hogares y situaría la bajada en más de un 3%.

En cuanto a características de los hogares, destaca la caída de un 4,5% del gasto en alimentación en los hogares con una persona de referencia de 45 a 64 años (que, por el contrario suben el consumo no alimentario de un 6,4%). También se observa una bajada en alimentos a las unidades familiares que ingresan menos de 1.500 euros mensuales, de entre el 8,7% (las de menos de 1.000 euros) y el 8,6% (las de 1.000 a 1.500 euros) , sin que, en este caso, crezcan por el otro lado los consumos no alimentarios que, al contrario, también disminuyen.

En cambio, en las familias más jóvenes donde la persona de referencia tiene hasta 44 años el gasto alimentario aumenta un 3,9%. También se observa un crecimiento del gasto en los hogares unipersonales (0,4%) y en las de 3 personas (0,7%). En relación al ingreso mensual, las unidades familiares que ingresan entre 1.500 y 1.999 euros son las que han aumentado su gasto alimentario con un 1,4%.

La evolución de los cambios en la cesta de la compra por hogar de las familias catalanas, según la tipología de productos, destaca que en el año 2017 hay productos que crecen muy por encima de la media y, en cambio, hay otros que se contraen, con dinámicas muy dispares. Entre los productos que pierden posiciones, según el informe del Observatorio Bonpreu y Esclat, que tiene en cuenta todas las empresas de distribución alimentaria en Cataluña, destaca en particular el gasto en pan y cereales (-8%), aceites y grasas (5,6%), carne (-3,4%) y pescado (-3,2%).



En el otro extremo de la redistribución en el gasto alimentario destaca el café, té y otras bebidas no alcohólicas que crecen cerca del 6% y el conjunto de azúcar, la fruta que avanza un 4,4%, y las confituras, miel, chocolate y helados, que incrementa un 4%, mientras que los jugos y refrescos crecen un 2,3% y las hortalizas, legumbres y tubérculos lo hacen de un más modesto 1,4%.

El aumento más significativo se produce a los "Otros Productos" que sube un 6,7% entre 2016 y 2017 y que incluye platos preparados, especias y hierbas de cocina, alimentos para bebés y productos dietéticos, según constata el Observatorio Bonpreu y estallido. Es en este punto que se debe destacar que, previsiblemente, una parte de la pérdida del consumo de la compra carne queda derivada en el epígrafe de platos preparados. Es decir, mientras que baja la compra de carne, aumenta la de platos preparados que tienen como materia prima este producto.

Al analizar los cambios de alimentos en la cesta de la compra de las familias catalanas en una perspectiva más amplia, es decir, contemplando todo el periodo de la salida o recuperación de la crisis económica (periodo que va del año 2013 al 2017), podremos establecer alguna puntualización de lo que ha ocurrido específicamente durante el año 2017.

La más importante es la que afectaría al pescado, que mientras tiene un descenso relativamente importante del 3,2% en el año 2017, en su evolución global en el periodo de cuatro años sube un 3,9%. Por el contrario, se confirma la tendencia a la baja que se ha venido observando a lo largo de estos últimos años en cuanto a la leche, queso y huevos, que cae de un moderado 1,4%, confirmando la tendencia a la baja que viene mostrando en los últimos años (4,2%).