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Informe del ICEX sobre las posiblidades para la carne de cerdo española en Australia

El ICEX acaba de difundir un informe, elaborado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Sidney, en el que analiza el mercado de la carne de cerdo en Australia. Se trata de un país donde la demanda de esta carne ha crecido un 2,5% de media en los últimos 5 años. Durante el año 2018, el sector ingresó unos 690 millones de euros. La industria de la carne de cerdo se reparte de forma desigual por el territorio australiano, concentrándose la mayoría de las empresas en los estados de Victoria, Queensland y Nueva Gales del Sur. Sin embargo, el crecimiento del sector ha sido mayor en los últimos cinco años en los estados de Australia Occidental y Australia Meridional.

El número de compañías del sector se ha reducido durante los últimos años debido a la absorción de negocios de pequeño tamaño por parte de otros de mayores dimensiones. Así, la industria de la carne de cerdo en Australia está muy concentrada y el 60% de la producción corresponde al 5% de las empresas del sector. En este, los principales competidores son Hamsdale Australia Pty Ltd (15,7% de cuota de mercado), Craig Mostyn & Co Pty Ltd (10,2% de cuota de mercado) y Food Investments Pty Ltd (7% de cuota de mercado).

La producción local de carne de cerdo alcanzó las 270.000 toneladas en 2018. El cerdo es la tercera carne más vendida de Australia, por detrás del pollo y la ternera. Cerca del 55% de la carne de cerdo que se consume en el país procede de cerdos australianos, mientras que el 45% restante procede de otros países.

La producción local se destina principalmente al consumo doméstico, por lo que las exportaciones son muy limitadas, suponiendo únicamente un 0,041% del valor total de exportaciones australianas en 2017. Las exportaciones de carne de cerdo, sin embargo, han aumentado durante los últimos cinco años. En 2017, Australia exportó carne de cerdo por un valor de 136,4 millones AUD, un 9,1% más que el año anterior. Los principales países de destino son Singapur, Papúa Nueva Guinea, Nueva Zelanda, Hong Kong y Filipinas.

Por su parte, las importaciones de carne de cerdo alcanzaron un valor de 695 millones AUD en 2017 y supusieron un 0,215% del total de importaciones australiano. Los principales países desde los que se importa carne de cerdo a Australia son Estados Unidos, Dinamarca, Países Bajos, Canadá e Irlanda. Las importaciones vienen muy limitadas debido a las estrictas medidas fitosanitarias del país, permitiéndose introducir carne de cerdo procedente de un número reducido de países, en tres modalidades diferentes (carne cruda, carne cocinada y jamón curado). España, en la actualidad, solo tiene permiso para exportar jamón de cerdo curado a Australia.

Con 25 millones de habitantes, el mercado australiano posee unas dimensiones reducidas, si bien las estimaciones de crecimiento de población y la elevada renta per cápita del país hacen de este un destino interesante. El consumo de carne ha aumentado durante los últimos cinco años en Australia y el cerdo es la categoría que más ha crecido, aumentándose sus ventas un 8% entre 2017 y 2018. En 2019, se prevé que un australiano consuma de media 26.5 kilogramos de carne de cerdo, un kilogramo más que el año anterior. Además, las previsiones indican que el consumo de carne continuará aumentando durante los próximos cinco años.

En cuanto a las tendencias en alimentación, estas giran en torno al consumo de productos saludables, por lo que se ha incrementado la demanda de productos bajos en grasa, azúcares y sal, en detrimento de aquellos considerados de menor valor nutricional, como las carnes procesadas. A este respecto, las campañas de comunicación lanzadas por Australian Pork Limited informando acerca de los beneficios para la salud que aporta la carne de cerdo han favorecido el incremento de la demanda de este tipo de carne.

A la hora de exportar carne de cerdo a Australia, conviene tener en cuenta una serie de factores que encarecen el precio final del producto, como el precio del transporte tanto hasta el país, por su lejanía, como dentro del mismo, por sus dimensiones, las adaptaciones al producto que hay que llevar a cabo para cumplir con las normas fitosanitarias australianas, la obtención de la documentación necesaria para poder introducir el producto en el país, o el coste de inspección en la aduana australiana, entre otros.

En lo que se refiere a la distribución, las grandes dimensiones del país hacen que cada una de las grandes ciudades del país constituyan un mercado propio. Es destacable la importancia de los agentes/importadores dentro de la cadena de distribución, ya que son quienes seleccionan qué productos, tanto locales como importados, distribuyen a sus clientes. En el año 2017, un 67,5% del total de carne australiana se destinó a distribución (supermercados, carnicerías, tiendas de alimentación, etc.), un 29,4% al canal HORECA y el 3,1% restante a grandes colectividades tales como colegios u hospitales. Los principales distribuidores del sector son las grandes cadenas de supermercados Woolworths, Coles, ALDI e IGA.

La principal barrera de entrada de la carne de cerdo al mercado australiano radica en la obligatoriedad de respetar el conjunto de rigurosas normas que regulan la introducción de este producto en el país. Se hace necesario, por ello, conocer las políticas de protección, normativa alimentaria, de etiquetado y composición, así como obtener los permisos y documentación necesarios antes de realizar cualquier operación comercial. También ha de tenerse en cuenta la existencia de un esquema de inspección aduanera con dos categorías diferentes, Risk Category Food, con inspecciones más frecuentes para los productos que entren dentro de la misma, y Random Surveillance Category, cuya tasa de inspección es del 5%.

Para el caso del jamón español, único producto de carne de cerdo exportable desde España en la actualidad, desde 2017 se ha cambiado su clasificación dentro del esquema de inspección aduanera, dejando de estar considerado producto de alto riesgo (Risk Category Food) para pasar a estar bajo las condiciones de inspección de Random Surveillance Category.

En lo referente a las perspectivas del sector, se estima que el consumo de carne crecerá un 5,6% en volumen entre 2019 y 2022. El cerdo aumentará por encima de la media, calculándose su crecimiento en un 12,24% hasta dicho año. Para aprovechar esta tendencia positiva y potenciar las posibilidades de éxito, se recomienda entrar al mercado con productos orgánicos o carnes de contenido reducido en sodio, bajas en grasa y con elevado valor nutritivo, en línea con el creciente interés de los australianos por una alimentación saludable.

Asimismo, otra oportunidad radica en el aumento de la frecuencia con la que los australianos comen fuera de casa, por lo que ofrecer productos de calidad destinados al canal horeca puede resultar una opción interesante, así como comercializar platos preparados o precocinados, teniendo en cuenta que la mayor parte de la población se lleva la comida al trabajo o al colegio. Pese a lo anterior, conviene recordar que hoy en día el único producto español de carne cerdo que se permite exportar a Australia es el jamón curado, por lo que, muchas de estas oportunidades no podrán ser aprovechadas por parte de las empresas españolas hasta que cambie la regulación actual.

El informe completo está disponible en el siguiente enlace.
 
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