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Estudio del ICEX sobre las posibilidades para la carne y productos cárnicos españoles en Turquía



La Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Estambul ha realizado un estudio sobre el mercado de la carne y los productos cárnicos en Turquía. Se han analizado, en particular, las partidas arancelarias incluidas en los capítulos 2 (carnes y despojos comestibles) y 16 (Preparaciones de carne, pescado o de crustáceos, moluscos o demás invertebrados acuáticos) del arancel de aduanas. Turquía se encuentra entre los 10 máximos productores de carne a nivel mundial. La producción ha crecido alrededor del 20% en el período 2014-2018, especialmente la de pollo que representa el 95% del total seguida a gran distancia de la carne bovina y ovina y siendo la porcina casi nula. 

En relación con el comercio exterior, Turquía es un país netamente exportador debido fundamentalmente a las exportaciones de carne de pollo. En algunas partidas arancelarias, no obstante, como las 201 y 202 relativas a carne procedente del bovino, muestra una posición netamente importadora. 

En cuanto al consumo, Turquía se encuentra muy por debajo de los 10 países con mayor consumo de carne per cápita del mundo en su conjunto. Sin embargo, si se desglosa el consumo entre los diferentes tipos de carne, Turquía está por encima de la media global en consumo per cápita de cualquier tipo de carne salvo la carne porcina, cuyo consumo es casi nulo en el país. La carne de pollo es la más demandada y representa el 54% del consumo de carne total, seguido de la carne bovina (32%) y la ovina (13%). 

A pesar de haber aumentado el consumo en los últimos años, en 2018 se redujo debido principalmente a la crisis económica que sufre el país. Sin embargo, su descenso ha sido inferior a la media del descenso del conjunto de productos de alimentación y, además, cada año representa un porcentaje superior de la cesta de la compra del consumidor turco, como consecuencia del incremento del nivel de renta y del proceso de urbanización del país. 

Respecto a los precios de los productos cárnicos, estos se han visto fuertemente afectados por el proceso inflacionario que está sufriendo Turquía y la fuerte devaluación de su moneda. La carne roja se ha visto muy afectada por altos precios de producción, enfermedades de los animales y larga cadena de producción que han incrementado su precio drásticamente. La carne blanca también ha visto sus precios incrementados, pero en menor medida y sigue siendo el tipo de carne más asequible. 

En este contexto, al realizar una comparación entre el precio al que Turquía importa los productos bovinos, de carne blanca y las preparaciones de carne, con el precio al que España exporta estos productos a nivel global, se ha observado que, salvo ciertas excepciones, España podría ser competitiva a la hora de exportar estos productos a Turquía.

En cuanto a los canales de distribución, el proceso de importación hasta que el producto llega al consumidor final es un proceso lento y complejo. La importación es únicamente realizada por una empresa pública, que distribuye el producto después. 

Entre los canales de distribución finales, destacan los Kasaps, carnicerías de barrio, las cuales tienen sus propias cadenas logísticas ya que compran directamente la carne. Los canales de distribución con mayor popularidad son las tiendas minoristas de descuento que todavía superan a los minoristas internacionales. En el caso de los productos importados, sin embargo, se localizan principalmente en hipermercados en áreas con mayor poder adquisitivo. 

Las barreras comerciales en Turquía son numerosas e incluyen un proceso de certificaciones de los mataderos y resto de establecimientos que intervienen en la cadena de producción. Los aranceles son elevados y varían entre los distintos productos, aunque debido al aumento de precio algunos han sido reducidos y puede haber otras reducciones.  

Las perspectivas del sector son positivas en el medio plazo, de acuerdo a las diferentes estimaciones tanto de Euromonitor como del gobierno, a pesar de que, durante el primer trimestre de 2019, las importaciones de las principales partidas han mostrado un ligero descenso, en línea con la contracción de la economía en el mismo período en el que la producción del país se redujo un 2,6% (Turkish Statistical Institute). 

A pesar de esta incertidumbre el mercado turco sí que puede presentar oportunidades para las empresas españolas. España exporta todos estos productos a unos precios competitivos en el mercado mundial. Además, más mataderos podrían obtener la autorización necesaria para exportar ya que en la actualidad solo hay uno autorizado. Los productos cárnicos españoles son ampliamente desconocidos en Turquía, sin embargo, hay una buena imagen por parte de la población turca respecto de nuestro país.

Pueden acceder al informe completo en el siguiente enlace.

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