La organización agraria Asaja-Murcia pidió hoy a la consejería de Agricultura de la región que "articule medidas para abaratar los altos costes que suponen la destrucción de los cadávares de animales para los ganaderos", al tiempo que mostró su preocupación "por la gestión de cadáveres procedentes de las explotaciones de porcino", informaron fuentes de la organización.nnSegún los servicios técnicos de Asaja, "el reglamento establece que, tanto los cadáveres de rumiantes como los de porcino y resto de especies, se eliminarán mediante incineración en una planta autorizada, excepto en aquellas zonas que entren en la categoría de 'remotas', en las que podrá llevarse a cabo el enterramiento, sistema utilizado hasta ahora en la mayoría de las explotaciones ganaderas murcianas".nnAsimismo, explicaron que "en la actualidad, la consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente está asumiendo la retirada y destrucción de los animales muertos en la explotación hasta que salga un seguro que cubra dicha gestión".nnEl secretario general de Asaja-Murcia, Alfonso Gálvez, afirmó que "el ganado vacuno ya cuenta con este seguro, pero todavía no podemos decir lo mismo de los pequeños rumiantes, aunque el mismo aparecerá en los próximos meses".nnNo obstante, señaló que "en el sector porcino, aún encontrándose en la misma situación de obligatoriedad de incineración de los cadáveres, todavía no hay un consenso en cuanto al modo de actuación, ya que la región no cuenta con la infraestructura necesaria para destruirlos mediante incineración".nnAdemás, indicó que "el problema surge cuando se obliga a los ganaderos a que incineren los cadáveres, ya que casi el 100 por cien de éstos han realizado fuertes inversiones económicas en la construcción de fosos impermeables para eliminar los animales muertos".nnPor último mostró "la preocupación del sector por la repercusión que está teniendo la normativa a todos los niveles, no sólo en España sino también en el resto de los países de la Unión Europea", y añadió que "en la región, se desconoce el coste del seguro que cubra la retirada y destrucción de los cadáveres, aunque las estimaciones llevadas a cabo hasta ahora no son muy alentadoras".n