La organización agraria ha manifestado que el 27 de octubre se confirmó la presencia de esta enfermedad en una explotación del municipio menorquín de Sant Lluis. Desde entonces, se han producido quince focos más de lengua azul en la Isla, lo que supone un grave perjuicio económico para los ganaderos baleares que prevén una bajada de precios y de ventas.nn

En este sentido, COAG plantea al MAPA una serie de medidas como un exhaustivo control sanitario de las desinfecciones y de la entrada de ganado procedente del exterior, así como la participación de un técnico veterinario en el Comité Técnico que se ha creado. Por último, se pide que no se lleve a cabo un sacrificio sistemático del ganado ovino, y en el caso de producirse, las distintas Administraciones deberán indemnizar a los ganaderos afectados.