Presentado el estudio “Las claves de la innovación” en Alimentaria
El informe desvela que los consumidores españoles son, junto con los franceses, los europeos más reacios a cualquier tipo de innovación. Como innovación se entiende productos completamente nuevos que no estaban en el mercado, modificaciones de algún concepto ya existente o la aparición de marcas nuevas. A la cabeza de la innovación se sitúa la bollería, debido a que los niños son el segmento de población más predispuesto a probar productos nuevos. nn
En los dos últimos años se han lanzado en España 700 nuevos productos de alimentación. De éstos sólo un 13% se hace un hueco en el mercado y un 72% no llega a vender siquiera la mitad que la media de los artículos de su categoría. “Podemos asegurar que el 90% fracasan o no superan los umbrales deseados por el fabricante”, aseguró ayer Javier Muñoz–Delgado, director general de la consultora IRI, autora del estudio. nn
Estos datos contrastan con las cifras de países como Inglaterra, Holanda, Italia y Alemania, en los que uno de cada tres productos nuevos consigue vender más que los que ya existían. Una de las principales causas que conduce a la alta tasa de fracaso en España es que los consumidores españoles son muy conservadores en el sector alimentario, según explicó el profesor del IESE José Luis Nueno. En su opinión, también lo son los fabricantes de productos. Tampoco ayuda que la mayoría de nuevos lanzamientos se sitúen en la parte alta de los precios. nn
Nueno indicó que en comparación con otros países, en España se invierte poco en publicidad y en apoyo a los lanzamientos, puesto que el gasto en publicidad en España equivale a la cuarta parte del de Inglaterra o Alemania y a la mitad que el de Francia. nn
Nueno apostó en todo momento por la innovación alimentaria y para obtener un mayor éxito en España abogó por la coordinación entre administraciones públicas, distribuidoras, productores y ciencia.
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