En declaraciones a Efe al término de una reunión con el presidente del Gobierno del Principado, Javier Fernández, en la sede gubernamental asturiana, el también director general de Fuensanta ha resaltado el "sentido negativo" que tendrá la decisión, pese a que comprende las circunstancias que la motivan.

El dirigente de la CEOE cree que la nueva subida del IVA que entrará en vigor el 1 de septiembre -que incrementa del 8 al 10% y del 18 al 21% dos subtipos, además de reclasificar materias- va a provocar "un impacto en el consumo". Que en el caso de los alimentos y bebidas tendrá especialmente incidencia en el consumo fuera del hogar, según Pérez, que comparte por ello las preocupaciones de la hostelería.

El director general de Fuensanta, empresa asturiana de embotellado de agua mineral, ha indicado que si bien el Gobierno tiene que tomar medidas para el equilibrio fiscal, espera que algunas como ésta sean transitorias, aunque sea difícil determinar el tiempo que pueden durar.

"Debería bajar la imposición, sería un síntoma de que se apuesta por el crecimiento y el empleo", ha opinado, antes de recordar que España era uno de los estados con una menor presión fiscal directa e indirecta y que en los últimos años ha pasado a ser uno de los que mayor la tienen, tanto la directa como la indirecta. En su opinión, esta situación debe ser "a corto plazo", pues "no es sostenible en el tiempo" porque no beneficia ni al consumo ni al empleo.

El vicepresidente de la CEOE -que es asimismo presidente de Food Drink Europe, la patronal europea del sector de alimentación y bebidas- ha apuntado que el Gobierno conoce la postura del empresariado en este asunto, y su disconformidad, desde antes de adoptar la medida.