El proyecto, denominado Summer, busca mejorar la calidad de la carne ecológica desde el punto de vista de la terneza y del sabor pero también en relación con los métodos de cría con el objetivo de que los consumidores entiendan el por qué del precio que pagan por este tipo de proudcto.

La responsable del proyecto Anne Grete Kongsted detalla que utilizaron 72 cerdos divididos en 18 grupos incluyendo dos de raza, una de ellas la Irish Tamworth por su aprovechamiento de los recursos y varias estrategias distintas de alimentación.

Kongsted afirma que algunos de los animales fueron alimentados de forma tradicional y al estar libres por el campo no obtenían mucho alimento de sus paseos. Sin embargo, cuando se les restringe la alimentación habitual obtienen más recurso del campo. Según Kongsted, cuando acabe el estudio los animales podrán obtener hasta un 20% de su alimento diario de los pastos que consumen y de esta forma se podrá analizar el valor nutricional de los pastos en la alimentación de los cerdos y cómo afecta a la calidad de la carne, la robustez de los animales y su productividad.