Por su parte, el presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), José Angel Oliván, mostró su preocupación por la posibilidad de que la carne sobremedicada haya podido llegar al mercado y reclamó a la DGA que dote de más medios a los inspectores de Consumo. La UCA ha pedido información sobre el caso a su representante en la Comisión de Seguridad Alimentaria. nn

Por su parte, el presidente de la Asociación de Detallistas de Aves, Huevos y Caza de Zaragoza, José Carlos Gran, acusó a la CAG de no cuidar la calidad. nn

Por último, el consejero de Agricultura de la DGA, Gonzalo Arguilé, ha manifestado que en las inspecciones rutinarias que efectúa el departamento tanto de los piensos como de los pollos vivos de la CAG, no hay rastro de residuos medicamentosos. nn

Arguilé señaló que no hay motivo de preocupación ni de alarma porque en los piensos y en los pollos vivos no ha aparecido ningún rastro de residuos medicamentosos, aunque precisó que cuando los pollos son sacrificados la información depende del Departamento de Salud y la Agencia de Seguridad Alimentaria. nn

El consejero explicó que los animales deben pasar un periodo sin ingerir medicamentos en el tramo final de su engorde con el fin de evitar que estos fármacos lleguen a la cadena alimentaria. Afirmó que es bueno que los restos de medicamentos no aparezcan cuando el pollo es sacrificado, pero siempre hay un porcentaje mínimo de pollos con los que no se ha sido cuidadoso, a pesar de que los controles son muy exhaustivos. No obstante, apuntó que no es lo mismo que el Seprona investigue el supuesto engorde ilegal de pollos a que la investigación tenga un resultado positivo. nn

En Aragón se crían cada año 80 millones de pollos, 18 de ellos en las granjas integradas por la CAG en la provincia de Huesca, principalmente en los Monegros y el Bajo Cinca. nn

Por su parte, la empresa investigada hizo público un comunicado en el que asegura que la salinomicina no llega a ser absorbida por la carne de los pollos mientras son engordados en las granjas, razón por la que la salida al mercado de carne sobremedicada con ese fármaco no entrañaría riesgos para las personas que la ingirieran. Según la CAG, éste es el motivo por el que la Agencia Estadounidense de Alimentos permite su uso.