Leandro Cuccioli, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos de Argentina, ha asegurado que este organismo recaudador va a llevar a cabo un control más exhaustivo sobre la actividad de la industria cárnica argentina, sobre todo en los pequeños establecimientos y en las carnicerías ya que en muchos casos están inscritas como monotributarias y sus propietarios facturan a un cliente que finalmente no es el que se lleva la carne.

Para mejorar esta situación se puso en marcha el remito electrónico, un chip con información que acompaña a las medias canales que se comercializan a las carnicerías. Los carniceros deben ingresar en la web de la AFIP y dar conformidad de que han recibido la media canal.

De esta firnam desde la AFIP estiman que tendrán más información sobre cuánto, a quién y a dónde se vende la carne pero para algunos técnicos aún falta mucho ya que may muchas de las carnicerías que aún no participan de este tipo de controles.

Para Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, el sistema para combatir la evasión “es bienvenido, pero complicado”. En su opinión, “más simple hubiese sido una factura contra entrega de la mercadería y no perder tiempo con el escaneo de un remito”, indicó en declaraciones recogidas por AIM Digital.

Para los mataderos este tipo de medidas son necesarias pero perjudican el consumo ya que se incrementa el precio final de la carne y podrían conllevar una caída del consumo, favoreciendo sobre todo a la distribución comercial y a los mataderos autorizados para la exportación.