Marfrig, segunda mayor compañía de carne de vacuno del mundo, es una de las signatarias de un compromiso público lanzado por empresas de los sectores industrial, agrícola y de servicios. La iniciativa fue articulada por el Centro Empresarial Brasileño de Desarrollo Sostenible (CEBDS), que también firma el comunicado, presentado ayer en el Palácio do Planalto, Brasilia.

En el documento intitulado Comunicado del Sector Empresarial, 38 presidentes de grandes compañías se ponen a disposición del Consejo de la Amazonia -órgano del gobierno federal con poderes para proponer y acompañar políticas públicas regionales- para contribuir con soluciones que tengan foco en los siguientes ejes:

Combate a la deforestación ilegal en la Amazonia y en los demás biomas brasileños
Inclusión económico-social de comunidades locales a fin de garantizar la preservación de los bosques
Reducción del impacto ambiental en el uso de los recursos naturales buscando eficiencia y productividad en las actividades económicas derivadas de dicho uso
Valorización y preservación de la biodiversidad como parte de la estrategia empresarial
Adopción de mecanismos de negociación de créditos de carbono
Financiación e inversiones para el desarrollo de una economía circular y de bajo carbono
Incentivos a la recuperación económica pospandemia de COVID-19, condicionados a la economía circular y de bajo carbono.

"El escenario actual con sus desafíos es una oportunidad única para darles escala y visibilidad a las buenas prácticas empresariales", dice Marcos Molina, fundador y presidente del Consejo de Marfrig, que firma el documento en nombre de la empresa. "Es preciso mostrar que Brasil y sus compañías tienen todas las condiciones de abrazar una economía sostenible que genere desarrollo sin poner en riesgo nuestro enorme patrimonio ambiental."

Marfrig es la única empresa del sector de proteína animal en firmar el compromiso público. Entre las prácticas de Marfrig están el veto a la compra de ganado proveniente de áreas de deforestación ilegal, reservas indígenas, áreas de protección ambiental y de proveedores que usen trabajo análogo al esclavo. Inversiones constantes en monitoreo respaldan la política ambiental de la compañía. "Estamos empeñados en garantizar una producción sostenible de hecho", dice Molina. "Estamos convencidos de que nuestra perennidad depende de ello."

Las empresas signatarias del documento son: Agropalma, Alcoa, Amaggi, Bayer, Brasilagro, Cargill, Cosan, DSM, Ecolab, Eletrobras, ERM, Grupo Vamos, Iguá, Itaú, Jacto, JSL, Klabin, LVMH, Marfrig, Mauá Capital, Michelin, Microsoft, Movida, Natura, Rabobank, Santander, Schneider Electric, Shell, Siemens, Stawi, Suzano, Ticket Log, Tozzini Freire, Vale, Vedacit y Wework. En el grupo de las instituciones que firmaron el compromiso están: CEBDS, la Asociación Brasileña de Agronegocio (ABAG), la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (ABIOVE) y la Industria Brasileña de Árboles (Ibá).