Sábado, 20 de abril de 2024
COAG considera que los ganaderos de ovino son los grandes perjudicados por el acuerdo de libre comercio entre la UE y Nueva Zelanda
Se podrán importar 38.000 t de carne de ovino cuyos aranceles irán reduciéndose paulatinamente
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denuncia que la UE ha utilizado a los ganaderos como moneda de cambio en el acuerdo de libre comercio sellado con Nueva Zelanda el pasado 30 de junio.
“No se ha tenido en cuenta ni la crisis de rentabilidad en la que se encuentran inmersas nuestras explotaciones ganaderas por el brutal incremento de costes ni la competencia desleal que supone abrir la puertas del mercado comunitario a producciones de terceros países que no cumplen con las normativas europeas en materia de bienestar animal y sostenibilidad medioambiental”, ha lamentado Miguel Padilla, secretario general de COAG.
La organización agraria estima que esta iniciativa "ilustra la hipocresía e incoherencia de la política comercial de Bruselas respecto a los objetivos medioambientales del Pacto Verde Europeo y de la estrategia de La Granja a la Mesa". “Un cordero neozelandés viajará más de 20.000 km para poder consumirse en el mercado comunitario con las emisiones de CO2 que eso supone. Es un paradigma comercial totalmente obsoleto e irresponsable en un contexto de emergencia climática”, ha apostillado Padilla.
En el caso de la carne de ovino, en virtud del acuerdo, la UE permitirá la importación de un contingente arancelario de 38.000 toneladas libre de derechos. Este volumen se introducirá gradualmente a lo largo de 7 años a partir de la entrada en vigor del acuerdo. Este volumen se suma al contingente arancelario anterior (114.184 t).
En vacuno, de aquí a 7 años se podrían importar 10.000 t libres de aranceles. Se trataría de carne de vacuno producida en las mismas condiciones que la cuota Hilton de la que hasta ahora Nueva Zelanda venía exportando menos de 1.000 t anuales.
“No se ha tenido en cuenta ni la crisis de rentabilidad en la que se encuentran inmersas nuestras explotaciones ganaderas por el brutal incremento de costes ni la competencia desleal que supone abrir la puertas del mercado comunitario a producciones de terceros países que no cumplen con las normativas europeas en materia de bienestar animal y sostenibilidad medioambiental”, ha lamentado Miguel Padilla, secretario general de COAG.
La organización agraria estima que esta iniciativa "ilustra la hipocresía e incoherencia de la política comercial de Bruselas respecto a los objetivos medioambientales del Pacto Verde Europeo y de la estrategia de La Granja a la Mesa". “Un cordero neozelandés viajará más de 20.000 km para poder consumirse en el mercado comunitario con las emisiones de CO2 que eso supone. Es un paradigma comercial totalmente obsoleto e irresponsable en un contexto de emergencia climática”, ha apostillado Padilla.
En el caso de la carne de ovino, en virtud del acuerdo, la UE permitirá la importación de un contingente arancelario de 38.000 toneladas libre de derechos. Este volumen se introducirá gradualmente a lo largo de 7 años a partir de la entrada en vigor del acuerdo. Este volumen se suma al contingente arancelario anterior (114.184 t).
En vacuno, de aquí a 7 años se podrían importar 10.000 t libres de aranceles. Se trataría de carne de vacuno producida en las mismas condiciones que la cuota Hilton de la que hasta ahora Nueva Zelanda venía exportando menos de 1.000 t anuales.
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