El índice de precios de la carne de la FAO alcanzó una media de 124,0 puntos en julio, lo que supone un descenso de 0,6 puntos (0,5%) respecto a junio, y marca la primera disminución intermensual tras seis aumentos mensuales consecutivos.

En julio, las cotizaciones mundiales de la carne de ovino cayeron con fuerza, debido al aumento de las disponibilidades de exportación desde Australia, en medio de un elevado número de sacrificios, y a las expectativas de aumento de la oferta de cordero, frente a una menor demanda de importaciones.

Por su parte, los precios internacionales de la carne de bovino bajaron, como consecuencia del aumento de las disponibilidades de exportación de las principales regiones productoras frente a la demanda mundial, mientras que la debilidad de la demanda global de importaciones mantuvo estables los precios de la carne de porcino, a pesar de la escasa oferta de cerdos para sacrificio, especialmente en Estados Unidos de América.

En cambio, los precios internacionales de la carne de ave alcanzaron un máximo histórico, apoyados por la firme demanda mundial de importaciones y la escasa oferta mundial por los brotes de gripe aviar en el hemisferio norte, a pesar del reciente aumento de las exportaciones de Ucrania.