La secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Ana Rodríguez Castaño, subrayó en el día de ayer que la transformación digital es una necesidad para mejorar la competitividad y sostenibilidad del sector agroalimentario y del medio rural.

Para impulsar este proceso, la secretaria general ha señalado que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha puesto en marcha una serie de proyectos e iniciativas para poder recopilar la información disponible, analizarla, compartirla y promover e impulsar la transformación digital del sector agrario.

Ana Rodríguez Castaño inauguró una jornada sobre digitalización y uso de redes de información técnico-económica de las explotaciones agrícolas y ganaderas, en la que se han dado a conocer los sistemas y redes de información desarrollados por el ministerio, así como distintas iniciativas en el uso de datos, tanto nacionales como internacionales, para favorecer la digitalización del sector agrario.

En su intervención, se ha referido a la estrategia de digitalización del sector agroalimentario y forestal y del medio rural del ministerio, que engloba diferentes iniciativas de gran valor para la recogida de datos y el impulso de las tecnologías digitales, y que tiene como grandes objetivos la sostenibilidad de las explotaciones e impulsar el relevo generacional, además de reducir la brecha digital entre las zonas urbanas y el medio rural.

La secretaria general ha recordado que el ministerio estableció, hace veinte años, el proyecto Rengrati, que surgió de la necesidad de disponer de sistemas de información económica de los sectores agrarios para poder realizar comparaciones a nivel de explotación, regional, nacional e internacional.

A lo largo de los años, esta herramienta ha ido evolucionando hasta transformarse en la actualidad en Redes TECO, que integra no solo a sectores ganaderos (vacuno de leche, vacuno de carne, ovino y caprino tanto de leche como de carne, porcino, avicultura de puesta y de carne y cunicultura), sino también sectores agrícolas (cultivos herbáceos, olivar, frutas y hortalizas, viñedo). Estas redes proporcionan un mejor conocimiento de la estructura económica de las explotaciones, lo que facilita la toma de decisiones a todos los actores implicados.