Este podría ser un recorrido por los rateros, truhanes, ladrones, pícaros y concejales de urbanismo de la historia de España. No son pocos los candidatos que pronto se nos vienen a la cabeza. Pero hemos decidido que sea algo diferente, un elogio del chorizo que se pone entre pan y pan o, mejor dicho, de los embutidos o, incluso mejor, de los derivados cárnicos. Más allá de etiquetas de calidad regionales, nacionales o europeas, estos productos son resultado de la identidad de un territorio: los ingredientes, el método de conservación, el uso gastronómico... sirven para entender la idiosincrasia de una sociedad y un país, forman parte de la historia y generan no solo una industria solvente, sino también un tejido social alrededor de su producción y su consumo. Más que un reportaje, es una celebración de unos productos que nos identifican y sin los que, miremos como lo miremos, sería mucho más difícil vivir.
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