La CE reforzará la seguridad sobre alimentos tras el cierre de unas 5.000 granjas en Alemania por alimentar a sus animales con piensos contaminados con dioxinas
El Ministerio de Agricultura del septentrional estado de Schleswig Holstein ha hecho público un análisis sobre muestras entregadas por la propia firma hace un año y aseguró que la grasa vegetal usada por la empresa para fabricar los piensos no es la adecuada. Los productos de otra fábrica en Bosel (Baja Sajonia, en el norte), asociada a Harles & Jentzsch, también muestran niveles superiores de dioxina a los tolerados.
Mientras tanto, el presidente de la federación alemana de Agricultores y Ganaderos, Gerd Sonnleitner, ha cifrado entre 40 y 60 millones de euros las pérdidas semanales de los ganaderos afectados por el cierre de sus factorías.
En declaraciones que publica el rotativo "Neuen Osnabrücker Zeitung", Sonnleitner exige que los 25 fabricantes de piensos contaminados con dioxina responsables del escándalo deben indemnizar a los ganaderos afectados. Otros medios como el diario "Hannoverschen Allgemeinen Zeitung" revelan que los fabricantes de los piensos contaminados han utilizado durante largo tiempo grasas y aceites industriales no aptos para el consumo animal o humano.
Pese a que el Ejecutivo alemán insiste en que aún no está clara la procedencia de la contaminación, hasta el momento se han localizado en el país 150.000 toneladas de estos productos contaminados y destinados a la alimentación de cerdos y aves. Aunque aún no se han valorado las pérdidas, la agencia alemana MEG de análisis de mercado confirmó que a causa del escándalo ha caído bruscamente la venta de huevos y productos procedentes de aves y cerdos.
El presidente de la Asociación Federal de Control de Alimentos (BVLK, en alemán), ha exigido la creación urgente de 1.500 nuevos puestos de inspectores.Actualmente son 2.500 los inspectores estatales para las más de 1,1 millones de explotaciones animales existentes en el país. En algunos casos, denuncia la BVLK, sólo hay un inspector para cada 1.200 granjas. La ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, ha mantenido una conversación telefónica sobre la contaminación de dioxina con el comisario de Agricultura de la Unión Europea (UE), John Dalli.
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