Y es que la intensa actividad promocional de la organización de la feria surtió efecto y a una notable actividad expositora se unió la asistencia de visitantes de calidad. La apuesta de Feria de Valladolid por celebrar el salón durante tres jornadas laborales favoreció que hubiera una presencia casi exclusiva de profesionales lo que siempre incrementa la calidad y cantidad de contactos comerciales. Además, el mayor hincapié puesto en los sectores cárnico y vitivinícola motivó una alta especialización de las visitas.

Además de la parte expositiva, se desarrollaron jornadas paralelas de gran interés encabezadas por el XI Congreso AECOC de Productos Cárnicos y Elaborados al que asistieron unos doscientos directivos y profesionales de la industria. También las Jornadas técnicas del CSIC, la presentación de productos en Espacio Directo o la constante rotación de catas y degustaciones causaron que fuera una feria muy dinámica con participación proactiva de los asistentes.

Así, podemos decir que el Salón superó las expectativas y confirmó la vialibilidad y relevancia del concepto ferial si se focalizan unos objetivos determinados y se prescinde de elementos colaterales que no aportan valor.