La propuesta, que votará el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria, expertos de los Veintisiete, tiene como objetivo "igualar" los índices de radiactividad tolerados en los productos alimentarios, según las reglas de la UE y de Japón, según la misma fuente. Esto significa, en algunos casos, cambiar los índices previstos en las reglas de la UE y bajar el máximo de contaminación radiactiva que se puede admitir en los alimentos.

Vincent señaló que la UE tomará esa medida con carácter temporal y como una actuación "adicional" para garantizar que los productos que llegan al consumidor no están contaminados.

No obstante, insistió en que los límites previstos en la regulación europea actual sobre radiactividad de alimentos, en caso de un accidente nuclear, son correctos y seguros. Como ejemplo, el portavoz señaló que los límites de yodo en los alimentos son iguales en la UE y en Japón, mientras que en el caso del cesio los japoneses aplican topes inferiores; por el contrario, la Unión regula los restos de estroncio y las autoridades japonesas no.

La decisión del 8 de abril, según la CE, responde a una adaptación a los cambios en la situación en Japón. El portavoz señaló que cuando ocurrió la catástrofe nuclear de Fukushima, como consecuencia del tsunami, Japón no tenía ninguna regulación. Después, Tokio aplicó límites más estrictos porque dada la situación muchos alimentos estarían contaminados con restos de elementos radiactivos.