Global Food Quality organizó una jornada sobre la reducción de grasas saturadas y trans en alimentos procesados
Uno de los fundadores de Global Food Quality, Joaquín Fuentes-Pila, quien además es profesor de la UPM, explicó este tipo de detalles y anunció la obtención de una patente para una tecnología desarrollada por la empresa que permite la sustitución de las grasas de origen animal por otro tipo de grasas vegetales no hidrogenadas, consiguiendo así ingredientes funcionales que consiguen reducir o eliminar la presencia de grasas. El coste de este ingrediente y su aplicación es prácticamente similar a la producción normal, obteniendo cualidades organolépticas muy similares.
Francesco Visioli, jefe científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) en el área de productos alimentarios, mostró la relación existente entre las grasas y el síndrome metabólico. Este último consiste en un conjunto de cuadros clínicos que suponen un riesgo para el desarrollo de una enfermedad cardíaca y diabetes, a lo que habría que sumar otros factores como el tipo de alimentación que se sigue y el estilo de vida, por lo que es muy recomendable evitar este tipo de grasas, además de controlar la ingesta de calorías e incrementar el consumo de ácidos omega 3.
El último en intervenir fue Rodolfo M. Nayga, profesor de la Univesidad de Arkansas y titular de la Cátedra Tyson de Economía de Políticas Alimentarias en dicho centro. Habló sobre los costes directos e indirectos que tiene la obesidad y cómo en EE.UU. se han puesto en marcha medidas que tratan de combatirla y cambiar los hábitos alimentarios, especialmente entre los más jóvenes, ofreciendo opciones más saludables e incentivando a las industrias alimentarias que introducen en el mercado productos que sean más saludables.
Nayga destacó que la presencia de grasa en los productos es una de las principales preocupaciones que los estadounidenses tienen a la hora de escoger un producto. Por eso mismo existen muchos ingredientes funcionales que ayudan a reducir la presencia de las grasas en los alimentos. De hecho, el mercado de alimentos funcionales sigue creciendo en este país y se cifra ya en 30.000 millones de dólares.
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