Un grupo de investigadores, pertenecientes a la Universidad de Oxford y a la Universidad de Amsterdam, han analizado las implicaciones medioambientales que tendría este tipo de producción de carne, en un estudio que ha sido publicado por Environmental Science & Technology.

Los expertos utilizaron un método para evaluar el ciclo de vida (CLA) con el fin de poder estudiar el impacto medioambiental que tendría la producción de una gran cantidad de este tipo de carne. Como fuente de energía para el crecimiento de las células musculares utilizaron una cianobacteria hidrolizada.

Los resultados muestran que la producción de 1 t de carne in vitro requiere de entre 26 a 33 gigajulios de energía, entre 367 y 521 m³ de agua, entre 190 y 230 m² de terreno y emite 1900-2240 kg de CO2.

En comparación con el sistema tradicional de producción de carne de la UE, la producción de carne in vitro requiere un 45% menos de uso de energía, emite entre un 78 y un 96% menos de gases contaminantes y las necesidades de terreno son un 99% inferiores. Además también necesita entre un 82 y un 96% menos de agua, según el tipo de producto.

A falta de concluir más las investigaciones, los expertos afirman que el impacto medioambiental de la producción de carne in vitro es sustancialmente inferior que los métodos tradicionales de producción de carne.