Científicos argentinos trabajan investigando una vacuna para la mastitis en el ganado vacuno
En una primera instancia, los científicos evalúan el mejoramiento de una vacuna convencional gracias a la adición de ingredientes llamados adyuvantes que estimulan al sistema inmune y la vuelven más efectiva. Pero a largo plazo los objetivos son más ambiciosos ya que pretenden poder reemplazar la bacteria muerta que se utiliza para inocular a los animales por un formulado mucho más preciso y a medida, “diseñado en base a las moléculas más importantes para generar protección inmunológica contra esos organismos, combinándolos con adyuvantes de última generación para brindar una protección segura y efectiva”, detalló Iván Marcipar, investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL y el Conicet.
Las vacunas no son todas iguales, ya que algunas se hacen con microorganismos vivos, otras con los mismos, pero muertos, con fracciones de moléculas extraídas de los mismos o con su material genético. En el caso de la infección por S. aureus, lo que se intenta es generar anticuerpos que defiendan a una persona o un animal.
La vacuna que evalúan los investigadores está compuesta por un extracto de bacterias aisladas en la región y un adyuvante de última generación desarrollado en Suecia. “Es un muy buen estimulante del sistema inmunológico y estamos trabajando en colaboración con el grupo sueco para lograr una formulación y un esquema de inmunización óptimo”, señaló.
Entonces, el grupo de Suecia brinda el adyuvante, mientras que los santafesinos trabajan en el desarrollo de la formulación mediante la selección de un extracto adecuado de microorganismos aislados en la región y evalúan su desempeño experimentalmente en vacas lecheras. “Primero se busca conocer cómo es la respuesta inmune y luego ver qué pasa frente a la infección”, explicó Marcipar.
Hasta el momento, los investigadores de la UNL ensayaron la nueva fórmula en 20 animales de la raza Holstein. La experiencia mostró que se generaron más anticuerpos y hubo una respuesta inmunológica superior a la vacuna tradicional y al grupo control no vacunado. Del proyecto participa la UNL, el Conicet, la Agencia y una empresa sueca.
Según adelantó Marcipar, a largo plazo la idea es trabajar con las vacunas hechas a partir de moléculas seleccionadas y obtenidas mediante ingeniería genética que permite tener una formulación mucho más controlada. “Esto es posible cuando se estudia individualmente cómo funciona cada inmunógeno, por ello estamos evaluando diferentes moléculas que son candidatas a integrar la fórmula de una futura vacuna”, explicó.
En este proceso, el primer paso fue el relevamiento de cepas de S. aureus que se encuentran en la región para conocer qué factores de virulencia son los más frecuentes en la cepas infectantes. “Ya estamos evaluando cuatro candidatos y si se pueden combinar entre sí, y el objetivo final es formularlo en una vacuna con un adyuvante que potencie su acción. En la misma línea, estamos desarrollando nuestros propios adyuvantes para lograr en el futuro, independizarnos en todas las etapas de la formulación de la vacuna ”, contó Marcipar.
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