La restauración, hostelería e instituciones destinan más de 500 millones de euros a la compra de platos preparados
Según datos de Mercasa, el sector de platos preparados, en las distintas tecnologías que lo componen, está valorado en 2.710,9 millones de euros. Su peso dentro del sector hostelero supone el 20%, lo que supondría 546,6 millones de euros de gasto y 115.900 t de consumo. Aproximadamente el 87,7% se destina a restauración comercial y el resto se destina a restauración social-colectiva.
Uno de los puntos destacados del estudio es que no hay en el mercado una definición clara ni consenso en cuanto a lo que se entiende por esta categoría. Según afirman los autores, se entrecruzan familias de productos o se hacen definiciones sesgadas. La propuesta por los autores es la siguiente: "elaboración culinaria resultado de una preparación previa, dispuesta para su consumo directo o tras un proceso adicional de calentamiento o refrigeración”.
Lo mismo ocurre con el del desglose de las familias de productos que configuran esta categoría. Tras el análisis de las diferentes opciones posibles, se ha priorizado el establecido por la “clasificación Aecoc”, de aceptación general entre las partes integrantes en la comercialización y la más completa que se ha detectado.
Las firmas de distribución están interesadas en el sector de platos preparados, que relacionan con la V gama. Entienden que el motor de crecimiento del sector está centrado en su demanda, el entorno econóimcio y la oferta, afirmando que un valor añadido es una buena relación calidad precio, el ahorro real en costes vs la receta casera y disponer de un formato adecuado a las necesidades.
El estudio afirma que el establecimiento de hostelería tiene un uso consolidado del plato preparado ya que el 75% de la muestra reconoce utilizarlos desde hace más de 3 años. El restaurador independiente cada vez más acepta la solución gastronómica del plato preparado y su compra tiende a ser creciente y constante.
Las motivaciones de compra de platos preparados se traducen principalmente en tres: el ahorro de coste (18% de las observaciones), el precio competitivo (16,4%) y el ahorro en tiempo (16%). Sin embargo, podemos decir que según el establecimiento de hostelería existe una tendencia general de falta de notoriedad de marca del fabricante. El restaurador se centra mucho más en la solución gastronómica y en la disponibilidad del producto que no tanto en el origen productivo del mismo.
Respecto a las familias de productos de platos preparados utilizados por tipo de restauración: en la restauración comercial están concentrados en productos terminados como las tortillas, paellas y pizzas y en la restauración social tienen menos dispersa las categorías de productos preparados utilizados y se circunscriben a las categorías de pescados, pastas y vegetales.
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