Este proyecto, financiado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), es fruto de la colaboración entre el INIA y la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto (Feagas), a través de la firma de un convenio entre ambas entidades, con objeto de profundizar en el conocimiento de los factores que afectan a las dinámicas demográficas de las razas autóctonas de vacuno, además de determinar las perspectivas de desarrollo de las razas y sugerir líneas de acción para el diseño de políticas y programas de conservación y mejora.

Por medio de este proyecto se han estudiado y comparado razas autóctonas de vacuno que, a pesar de haberse desarrollado a lo largo de los años en zonas más o menos comunes, han evolucionado de forma diferente. Tal es el caso de la raza Alistana-Sanabresa y la Avileña-Negra Ibérica, la Retinta y la Berrenda y Colorado, y la Pirenaica y la Terreña, que han sido las seis razas objeto de estudio. Además del grupo encargado de desarrollar la investigación, se dieron cita en este acto representantes del MAGRAMA, de las Organizaciones de Criadores participantes en el proyecto y miembros de FEAGAS, además de otros investigadores de diferentes grupos de investigación y universidades.

En este proyecto se considera que el ganadero es el actor principal en la sostenibilidad de las razas. Por ello se han analizado sus motivaciones, sus objetivos, su respuesta a diferentes escenarios futuros para establecer líneas de acción que pudieran concretarse en estrategias y políticas de apoyo al sector. En este sentido, se ha visto que las políticas de fomento de razas autóctonas han tenido éxito en cuanto al aumento del tamaño de las poblaciones. Sin embargo, no es claro que en todas ellas se vaya a traducir en un incremento de sostenibilidad de las mismas.

Se han visto que la mayoría de los factores que influencian la sostenibilidad de las razas son específicos de éstas. En la misma línea, el efecto de algunos de los factores comunes es diferencial. Póngase como ejemplo la edad de los ganaderos; mientras que para algunas razas los ganaderos jóvenes en un escenario de reducción de ayudas muestran su determinación a continuar y crecer en su actividad como ganaderos, en otras son los que más claramente están dispuestos a abandonarla.

Teniendo en cuenta los indicadores de sostenibilidad considerados en el estudio, existe un porcentaje importante de ganaderías de razas autóctonas que son claramente sostenibles. El grueso de las ganaderías encuestadas (alrededor de 50%) no pueden ser consideradas ni claramente sostenibles ni insostenibles pues su futuro dependerá, en gran medida, de los cambios que acontezcan en el sector. En este sentido, si las políticas de apoyo a la ganadería autóctona paliaran las amenazas que se ciernen sobre estas explotaciones “indefinidas” favorecerían que estos ganaderos continuaran explotando estas razas y, por lo tanto, contribuirían a definir el futuro de las razas autóctonas.

En otro apartado del proyecto se han definido tipologías de ganadero para cada unas de las razas en función de una serie de aspectos socioeconómicos: la edad, el nivel cultural, el porcentaje de propiedad de la tierra, la dependencia económica de la actividad ganadera y la antigüedad de la explotación. Se ha visto que los factores que definen los tipos de ganaderos varían con las razas y que estas tipologías influyen en características técnicas de la explotación, en sus objetivos y en la respuesta a los escenarios de futuro planteados.

Por otro lado, se ha visto que los ganaderos valoran en sus animales aspectos relacionados con la disminución de los costes de producción (salud, fertilidad, entre otros) y la búsqueda de valores añadidos como es la calidad de producto. Esto hace que exista un espacio para incorporar características funcionales y de calidad en los programas de selección.

Finalmente, una parte del estudio ha tenido como objetivo determinar valores “fuera de mercado” de las razas bovinas autóctonas. Utilizando técnicas llamadas “experimentos de elección” se ha visto que la sociedad reconoce que las razas autóctonas son un bien público y, por ello, están asociadas a determinados valores, además de los meramente productivos en estas razas. Para el caso de la raza Alistana-Sanabresa, estos valores “fuera de mercado” son el valor cultural, el valor de existencia y, en un segundo nivel, el valor medioambiental y el de la singularidad de sus productos alimentarios.