Los gases de la producción ganadera de vacuno podrían alimentar el motor de un vehículo
La energía obtenida de las vacas serviría para que, “en aquellos lugares donde no llega la convencional, los productores tengan una alternativa para cocinar, iluminar sus viviendas e, incluso, manejar sus autos”, indicó el investigador. Con una analogía casi humorística, se trataría de pensar a la vaca como un “biodigestor con patas”.
De acuerdo con uno de los técnicos que participa del proyecto, Ricardo Bualo, el biometano purificado y comprimido puede ser utilizado para generar energía calórica, lumínica y motriz. “Una vaca emite alrededor de 300 litros de metano por día, que pueden ser utilizados para poner en funcionamiento una heladera de 100 litros de capacidad a una temperatura entre dos y seis grados durante un día completo”, dijo Bualo. Para el investigador, ahora es necesario transferir este conocimiento a los productores para que su utilización se multiplique.
Además de brindar respuesta a la falta o escasez de fuente energética, esta iniciativa busca disminuir la cantidad de GEI que se emanan al ambiente. Berra manifestó que se busca “aprovechar la fermentación anaeróbica que tiene lugar en el interior del rumen para obtener energía renovable e implementar un mecanismo de reducción de esos gases”.
Los investigadores de Castelar compararon la funcionalidad de un bovino con la de un biodigestor y consideraron que “ambas tienen una fermentación carente de oxígeno, aunque producen metano y dióxido de carbono en proporciones diferentes”.
En este sentido, Berra indicó que “en períodos invernales, el biodigestor necesita de energía para alcanzar temperatura óptima de fermentación, mientras que la vaca por su propio metabolismo mantiene 38,5 grados de forma continua para hacerlo. Además, el biodigestor necesita ser cargado y descargado por el personal y la vaca se alimenta y desecha sola”.
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