El proyecto PROteINSECT está coordinado por la Agencia Británica para la Investigación en Materia de Alimentos y Medio Ambiente (FERA) y cuenta también con la participación de otras instituciones de China, Bélgica y África. Su objetivo es que la actual legislación pueda cambiarse para permitir la utilización de insectos como fuente de proteínas para la alimentación animal aunque en la actualidad está prohibido dentro de la legislación europea.

Según los integrantes del estudio, los problemas con la seguridad alimentaria han llevado a la necesidad de buscar fuentes sostenibles de proteínas para ser utilizadas dentro de la alimentación animal. Los insectos pueden ser una buena alternativa, según los expertos ya que muchas especies son altamente nutritivas y su producción es más respetuosa con el medio ambiente frente a otras fuentes tradicionales de proteínas para alimentación animal.

Estiman que la producción de este tipo de insectos tienen 60% de desperdicios y estos pueden ser reciclados como fertilizantes.

La legislación europea prohibe actualmente la utilización de insectos como fuente de proteínas para alimentación de mamíferos. El proyecto PROteINSECT, junto a otros similares que ya hay en marcha, busca que la UE permita la utilización de los insectos, tras su conveniente transformación e inclusión en piensos compuestos, para alimentar tanto al ganado porcino como a las aves. Recuerda además que de forma natural los animales, en estado de completa libertad, consumen insectos dentro de sus dietas.

La coordinadora del proyecto, Elaine Fitches, estima que los insectos son una fuente sostenible de proteínas para alimentación animal en el ganado porcino, aves y peces.

Con el objetivo de valorar la opinión de los consumidores sobre esta opción de alimentación en los animales, desde PROteINSECT han elaborado una encuesta, disponible en su página web.