En la última de las reuniones del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, la delegación italiana, contando con el apoyo de otros 16 Estados miembro de la UE, mostró su preocupación por el impacto que podría llegar a tener el sistema de luces de semáforo que se está utilizando en el Reino Unido para indicar la idoneidad de los alimentos dentro de la información nutricional que se aporta en el etiquetado de los productos alimentarios.

La delegación mostró las posibles consecuencias que este sistema de etiquetado puede tener para la libre circulación de mercancías al poder inducir a error al consumidor por aportar información de salud equivocada y afectar el comercio de alimentos tradicionales y regionales, injustamente estigmatizados por este sistema de calificación según distintos colores.

A este respecto la Comisión Europea reiteró que el sistema utilizado en el Reino Unido es absolutamente voluntario, algo recogido dentro de la legislación europea a este respecto en la que también se desarrollan otras disposiciones que si son de obligado cumplimiento. El sistema combina los colores rojo, ámbar y verde como un código de colores para informar sobre las calorías y ciertos nutrientes (grasas, ácidos grasos saturados, azúcares y sal) que podrían tener algún perjuicio para las personas si se consumen en grandes cantidades.

Ante la protesta italiana, desde la Comisión se mostraron dispuestos a recopilar en un informe todos los sistemas de etiquetado nutricional que están puestos en marcha dentro de los Estados miembro de la UE de acuerdo a la actual legislación.

La posición de España en esta cuestión ha sido la artífice de este posicionamiento firme de apoyo a la italiana por entender que este esquema nacional puede dañar gravemente las ventas e imagen de nuestros productos en Reino Unido.

Desde la Fiab se afirma que el modelo de infomración al consumidor en toda la UE debe ser objetivo, veraz, transparente, científicamente respaldado, fácilmente comprensible por el consumidor y armonizado entre los Estados miembro.

Del mismo modo, apuesta por el modelo GDA/CDO, al contar con el respaldo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y contextualizar el alimento en el marco de una dieta global.

La Federación recuerda que siempre ha defendido la base científica como un elemento clave para cualquier medida en relación a la alimentación y la salud, así como que no se abran brechas en la legislación comunitaria que alteren las condiciones de venta y competitividad en el mercado. FIAB queda, por ello, a la espera, de una actuación clara y contundente al respecto por parte de la Comisión Europea.