Según el sindicato agrario, con los datos de que se dispone en la actualidad, este "impuesto revolucionario" se concretaría en el pago de un importe de 25 euros por animal.

Por este motivo, el JARC pide a la Administración que esté especialmente atenta a esta situación para evitar abusos a los ganaderos, a la vez que no se descarta utilizar los canales de denuncia necesarios si se detecta que esta es una práctica que se generaliza.

Con la publicación en el BOE de la Orden del Ministerial de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) por la cual se establece un nuevo sistema de control en destino de los subproductos generados en la cadena alimentaria cárnica, también conocidos como MER, se pone fin al pago de una tasa que ha costado a los ganaderos del sector vacuno de carne catalanes casi 50 millones de euros durante los últimos 8 años en que ha estado vigente, según los cálculos de JARC.

JARC se ha felicitado por la entrada en vigor de esta medida, que impedirá que a partir de ahora los mataderos puedan cargar este coste sobre los productores y les obliga a repercutir "hacia adelante a lo largo del resto de la cadena alimentaria, quedando fuera del ámbito de aplicación de esta orden la operación por la que el ganadero entrega el animal a un operador comercial, a una empresa o a la industria cárnica para su sacrificio".

Anualmente en Cataluña se sacrifican unas 400.000 cabezas de ganado bovino de carne, lo que suponía un coste para los ganaderos de 15 euros por cabeza y año, es decir, unos 6 millones de euros anuales.