Mediante este paso, Pfizer prevé incrementar su eficiencia a la hora de fabricar sus productos al tiempo que reducirá también los costes. Como consecuencia, cerca de 6.000 trabajadores perderán su puesto dentro de Pfizer durante los próximos años.

En palabras de Nat Ricciardi, presidente de Pfizer Global Manufacturing, la reestructuración es necesaria de cara al futuro de la empresa con el fin "de seguir siendo competitivos". Ricciardi apostó por continuar con la reestructuración del grupo para poder seguir crecimiento mediante su catálogo de productos y divisiones.