Según las investigaciones, el fraude consistiría en inflar facturas correspondientes a maquinaria que era enviada a Bulgaria y pagada mediante subvenciones otorgadas por la UE. Los proveedores de estos equipos, según la investigación, estarían confabulados con los beneficiarios de las ayudas y elaboraban facturas falsificadas por un importe superior a los equipos enviados a Bulgaria.

Aparte de las detenciones, la Guardia Civil registró y requisó documentación y discos duros de los ordenadores de la empresa con el fin de analizar su contenido. A posteriori se produjo la declaración de los responsables de Fibosa. El último en declarar fue el gerente de la firma gerundense, Joaquín Sastre, quien lo hizo durante cerca de cinco horas y justificó con documentos las ventas de maquinaria a Bulgaria, según recoge ep.

Sastre, que quedó en libertad sin ninguna medida cautelar, afirmó que el delito no era cometido por su empresa ya que la subvención se solicitaba tras cerrar la operación de venta de los equipos y tras haber abonado su precio, por lo que posiblemente eran las sociedades búlgaras quienes conseguían los fondos y se beneficiaban de ellos.