Este sindicato indica que esto puede suponer que el modelo de granjas de reproductoras y engorde, el que se conoce como ciclo cerrado, acabe desapareciendo y a los ganaderos que quieran continuar no les toque otra opción que integrarse en grandes empresas.

Actualmente, de acuerdo con los datos del Departamento de Agricultura, el 73,9% de las granjas de engorde de porcino catalanas ya se encuentran integradas, y buena parte de estas cambiaron el modelo a raíz de la crisis de precios de los cereales del año 2007 y ante la dificultad de hacer frente a los pagos que tener una explotación familiar suponía. Esto supone, según el sindicato, que la estructura familiar que antes convivía con la integración ha ido desapareciendo en favor de un modelo de gestión en manos de pocas empresas.

Con respecto a las reproductoras, y también según los datos del DAR, el año 2009 el 68,3% tenía su explotación en régimen de propiedad, un dato que ya había caído en un 17% respeto al año 2008, puesto que los ganaderos no pudieron hacer frente a la crisis de costes de producción provocada por el precio de la alimentación animal (pienso) de los años 2007-2008.

Desde JARC aseguran que los ganaderos independientes en estos momentos representan sólo un 5% del total en el caso del porcino de engorde y entre un 20 y un 30 por ciento en el caso de las granjas de reproductoras.