Asocarne, Asociación Española de Industrias de la Carne, ha emitido un comunicado en el que manifiesta que ante "estas declaraciones, que atentan contra la buena imagen y el prestigio del Sector Ganadero-Cárnico de Vacuno español, deseamos puntualizar las siguientes cuestiones:

- El uso de sustancias prohibidas en la alimentación animal está expresamente prohibido por la legislación comunitaria y nacional desde hace años.

- En consecuencia, se trata de prácticas claramente tipificadas como un delito penal contra la salud pública y que conllevan una grave responsabilidad penal en cualquiera de las fases de la producción ganadera, la transformación industrial y la comercialización final de las carnes.

- El sector de la transformación de las carnes de vacuno está plenamente concienciado de su responsabilidad como productor de alimentos destinados al consumo humano."

En el mismo sentido, Asoprovac (Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne) ha declarado que su equipo técnico se ha puesto en contacto con científicos expertos en toxicología para ver la posibilidad real de que el consumo de carne con clembuterol pudiera ser la causante de la presencia de trazas (50 picogramos) de esta sustancia en la orina de Contador.

En el supuesto caso de que fuera así, Asoprovac exige a las autoridades sanitarias competentes que, haciendo uso de los sistemas de trazabilidad vigentes, pongan en marcha los mecanismos oportunos para exigir responsabilidades, pues el empleo fraudulento y la puesta en el mercado de clembuterol está prohibido y duramente penalizado en España, incluso con penas de cárcel.

Finalmente, en opinión de la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno Autóctono de Calidad (INVAC), las declaraciones de contador son un claro ataque gratuito y no fundamentado al sector del vacuno español, uno de los más controlados, saneados y reglamentados a nivel internacional.

En primer lugar, según Invac, acusar de esta manera a un producto, según parece ser nacional, sin tener las pruebas y no saber a ciencia cierta si este es el origen de su positivo, en nuestra opinión es un intento por evitar posibles consecuencias que perjudicarían notablemente su imagen y futuro profesional.

Recuerdan desde Invac que una de las herramientas más útiles y fiables que posee el consumidor es la trazabilidad. Si existe la sospecha de que cierto alimento, en este caso una carne, puede contener sustancias prohibidas, la trazabilidad permite acudir al comienzo de la cadena de producción, desde donde se pueden tener las pruebas necesarias para emprender las acciones pertinentes. De esta forma, no se acusa a un sector en general y sí a un productor en particular, lo que beneficia tanto a consumidores como a todos los que trabajan por y para la producción de carne de vacuno. Consideran que habría que aclarar, especialmente al consumidor, si dicha carne fue producida en España o fuera de nuestras fronteras, aunque la compra se realizara en nuestro país. Esta respuesta sería clave para que el consumidor comprobara que la carne de vacuno proveniente de ganado criado en España está perfectamente controlada.