Para la investigación, publicada dentro de The Veterinary Journal, Broens transportó 117 animales desde la granja al matadero. Verificó la presencia de MRSA antes y después del viaje y justo antes del momento del sacrificio, durante el aturdimiento. Antes del viaje ninguno de los animales tenía MRSA y el 10% de los animales adquirió esta bacteria durante el transporte. Además, en el análisis hecho durante el aturdimiento el 60% de los animales tenía MRSA.

Según Roens los animales no se infectaron durante el transporte o en el matadero ya que se detectó la presencia de MRSA dentro de su nariz pero no se había dado aún la infección. Los camiones para el transporte eran limpiados a diario y las zonas de espera de los mataderos eran limpiadas también cada día pero no entre carga y descarga de animales por lo que uno de los lotes de animales podría haber acabado contaminando a otro.

El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina o MRSA es una bacteria que se ha vuelto resistente a varios antibióticos como penicilina o meticilina. Fue descubierto a comienzos de la década de los años 60.

Para combatirlo dentro de la producción porcina deben tomarse medidas drásticas con el fin de desinfectar las áreas de espera en los mataderos después de la carga y descarga de cada lote de animales, según Broens. Esto, en su opinión es algo muy difícil por lo que apuesta a combatirlo también en las granjas: "el MRSA está presente en el 75% de las granjas dentro del sector porcino".