Los mataderos del Reino Unido se muestran preocupados ante la consulta de la FSA sobre las cargas de los costes en las inspecciones sanitarias
Su portavoz, Norman Bagley, afirma que el documento elaborado por la FSA y sometido a consulta al resto de la industria cárnica, parece estar hecho para rediseñar el conjunto de la cadena cárnica ya que "tan sólo los grandes mataderos donde la inspección de carnes se ve beneficiada por algún tipo de ayuda tendrán posibilidad de sobrevvir. El resto serán puestos fuera del mercado".
Para la AIMS la puesta en marcha de la propuesta de la FSA significará que los consumidores no podrán comprar carne de animales sacrificados en sus alrededores ya que los supermercados optarán por importar productos o que han sido producidos por unos pocos grupos cárnicos del país".
Otro de los puntos que destaca Bagley es que "la propia FSA estima que el sistema actual de inspección no puede detectar la carne en mal estado por lo que no es un control de calidad que los empresarios deberían estar siendo pagado por los propios empresarios".
En su opinión buena parte de los servicios de inspección en los mataderos del Reino Unido están subcontratados al sector privado pero los procedimientos actuales desalientan por su eficiencia y calidad.
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