Los principales detallistas y fabricantes de alimentos de Reino Unido acaban de anunciar que han acordado unas nuevas directrices para garantizar que la denominación “British” de las etiquetas de los alimentos quiere decir efectivamente “británico” y que se aplicarán a los productos cárnicos transformados, incluidos los “compuestos” como las empanadas y comidas preparadas, y a una gama de productos lácteos.

El Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) ha coordinado este proceso y su secretario de Estado para la Agricultura y Alimentación, Jim Paice, se ha mostrado encantado de ver a la industria alimentaria unida para avanzar sobre el progreso ya conseguido en la materia. Cree que estos principios van a reducir la confusión y asegurará que los consumidores británicos son los mejor informados de Europa, pues dará confianza a los consumidores al garantizarles que el producto es efectivamente británico cuando esta indicación aparece en la etiqueta. Además, ayudará a difundir las buenas prácticas, que ya muchas empresas alimentarias practican, en toda la industria.

El código incluye directrices como: etiquetar toda la carne y productos cárnicos "ligeramente" transformados, tales como el bacon, jamón, salchichas y hamburguesas, con el país de origen; limitar el uso de "British" a la carne y la carne transformada de animales nacidos y criados en Reino Unido; indicar con claridad, en su caso, que los animales han nacido y han sido criados en diferentes países y que la carne en los productos “compuestos" o la leche en productos lácteos, procede de varios países; uso exclusivo de banderas de Reino Unido, imágenes británicas, o cualquier sugerencia de origen británico o local para los productos en los que la carne o la leche tiene su origen en Reino Unido.