En los lemas promocionales de la feria, tanto de esta edición como de las anteriores, se solía repetir como un mantra la palabra “innovación”, elemento imprescindible para entender la evolución de la industria y la competitividad en un mercado global tan exigente. Sin embargo, Alimentaria mostró también el reverso de la moneda, cierta vuelta a las raíces que también es demandada por los consumidores. Así, numerosas empresas destacaban en sus stands, la antigüedad de la compañía, la historia como aval para el futuro. Vivimos, tal y como la definió el filósofo polaco Zygmunt Bauman, en una sociedad líquida, en la que los cambios son constantes, nada parece permanecer. Frente a ello, muchas compañías se aferran a sus orígenes, con el fin de mostrar a sus potenciales clientes su solidez en un entorno tan volátil. Así, Fribin destacaba en su stand que celebraba en Alimentaria su 50º Aniversario, al igual que Eurofred. 3 Claveles mostraba en su frontispicio de pladur que llevan haciendo tijeras y cuchillos desde 1930, la propia feria soplaba las velas por ser ya cuarentona –con una exposición en materiales reciclados y un photocall en el pasillo de acceso a los pabellones– e incluso nosotros, eurocarne, festejamos nuestros 25 años en un stand en el que el visitante podía ver en una línea de tiempo los principales hitos de la empresa a lo largo de su trayectoria.

Y es que el mercado demanda competitividad e innovación, pero también productos de proximidad, tal y como se refleja hoy en día en la distribución y como se pudo ver también en la feria donde marcas de calidad como la I.G.P. Ternera Gallega o la I.G.P. Ternera Asturiana trataron de mostrar a los asistentes la vigencia de una producción arraigada en un determinado lugar.

Buen ambiente, alta competencia

Es casi una tradición en Alimentaria ver, el último día de feria, a un grupito de monjas paseándose con sus hábitos de color beige por la feria, parándose en cada uno de los stands a degustar los productos ofrecidos por los expositores. Mientras lo hacían en esta edición, un empresario repostero, que las miraba divertido desde detrás del mostrador, le comentó a uno de sus compañeros: “sí, nos parece muy bien que vengan, pero esperemos que no lo hagan para vender sus dulces. Ya hay bastante competencia”. La anécdota ilustra que la competencia es feroz y la presencia en ferias como Alimentaria es imprescindible no sólo por las ventas que se puedan producir o los contactos que se puedan hacer como por el hecho de que es una manera esencial de potenciar la imagen de la empresa.

En esta edición, las compañías mostraban las buenas sensaciones de cara al futuro tanto por la tendencia positiva a nivel general de la industria alimentaria como por el buen ambiente en una feria con 140.000 visitantes, una alta participación internacional y una gran cualificación de las visitas, principalmente durante las tres primeras jornadas. En este aspecto destacó, una edición más, Intercarn, que ocupó el pabellón 5 y que incluso en las horas de menor asistencia a la feria estaba abarrotado, por lo que la gran mayoría de expositores de este espacio se mostraron muy satisfechos por la marcha de la feria.

Productos sanos, naturales y ecológicos

Lo saludable es tendencia, lo saludable es moda, lo saludable vende. La industria no permanece ajena a un nuevo estilo de vida en el que el consumidor se preocupa por su apariencia física, por su salud y, lógicamente por lo que come. Por esa razón, el auge de productos antes apenas representados a nivel industrial tales como la quinoa, el mijo, la kale o el tahini son habituales en la distribución y se dejaron ver de manera destacada en Alimentaria.

También en el sector cárnico, donde se trabaja desde hace años en ofrecer productos bajos en sal, con menor cantidad de aditivos o con sistemas de producción de máxima calidad, incluso productos para consumidores con intolerancias alimentarias, cada vez más demandados. Así, por ejemplo, Can Duran mostraba en su stand en Intercarn –el salón de las carnes y productos cárnicos, sin duda el más visitado de la feria– su gama Exentis, formada por productos como el fuet, la somalla, el chorizo, la catalana y la longaniza, con diferentes presentaciones y elaborados sin adicionar ingredientes que puedan causar problemas a personas con una sensibilidad especial. Un producto libre de ingredientes alimentarios como el gluten, la lactosa, los derivados lácteos, los sulfitos, la soja o sus derivados.

Pero no eran los únicos, las palabras “saludable”, “ecológico” o expresiones como “bajo en sal” o “sin alérgenos” estaban presentes en muchos de los nuevos productos presentados en la feria.