El pasado 22 de agosto fue publicado en Francia el Decreto por el que se obliga a indicar en el etiquetado de los productos cárnicos el país de origen de la carne con la que han sido elaborados. Poco después de su publicación en la sede del Ministerio de Agricultura de Francia se ha llevado a cabo una reunión para aclarar algunas de las disposiciones de aplicación del Decreto y establecer el porcentaje mínimo de incorporación de carne a partir del cual debe ser aplicado.

La entrada en vigor de este decreto se ha establecido entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de diciembre de 2018. Se da un periodo de adaptación hasta el 31 de marzo de dicho año para utilizar los etiquetados no conformes con el decreto. Además los productos legalmente fabricados antes del 31 de marzo de 2017 podrán comercializarse hasta el final de existencias.

En cuanto a los productos a los que afecta el Decreto se trata de la carne de las especies bovina, porcina, ovina, caprina y aves de corral cuando se utiliza para la elaboración de preparados de carne, productos cárnicos y la carne separada mecánicamente. En el caso de que la carne sea un ingrediente del producto en sí, como cuando se utiliza como topping en pizzas o ensaladas, también será de aplicación este decreto aunque se excluye en el caso de despojos, sangre y grasas añadidas.

Respecto al porcentaje mínimo de incorporación de la carne en los productos a partir del cual será de aplicación, el Gobierno francés quiere establecer una única cifra, dependiendo de la especie animal. Desde las asociaciones de consumidores y las organizaciones cárnicas se ha sugerido que sea del 10% con el objetivo de llegar a cubrir productos como los platos preparados. Esta decisión será tomada por el Gobierno en los próximos días.

La indicación a realizar se incluirá en la lista de ingredientes (jamón de cerdo origen...) o en una nota bajo esta lista.