La Policía Local de Plasencia acudió el pasado viernes al matadero municipal para precintar las instalaciones y hacer cumplir así la orden de desahucio que pesaba sobre la empresa que durante los últimos años ha explotado este servicio en la ciudad. Culmina así el proceso iniciado hace casi un año cuando el Ayuntamiento decidió no prorrogar a Cárnicas Plasencia la concesión, la cual expiró el pasado 29 de abril, si bien la empresa había seguido manteniendo la actividad hasta ahora de manera irregular.

El concejal de Servicios Municipales, Luis Miguel Pérez Escanilla, anunció ayer que, además de desalojar el matadero, el Ayuntamiento ha decidido ejecutar el aval de 150.000 euros depositado por Cárnicas Plasencia al inicio de la concesión. Con ese dinero pretende cobrarse la deuda de más de 60.000 euros que ha acumulado la empresa con el Consistorio por impago continuado del canon durante varios años. También detraerá de ahí otras cantidades compensatorias si lo consideran necesario los inspectores municipales que van a revisar el estado en el que han quedado las instalaciones.

Con el cese de la actividad por parte de Cárnicas Plasencia no sólo Plasencia se queda sin el servicio de matadero, sino todo el norte de Extremadura, donde no hay ya ninguna instalación de este tipo capaz de dar salida a toda la demanda de la zona. Eso va a obligar a los empresarios a llevar el ganado a otros mataderos más o menos cercanos, como los de Béjar, Ciudad Rodrigo o Talavera de la Reina, con el consiguiente incremento de los costes.